La felicidad me embarga, al contemplar lo bellas que son las flores y poder coger entre ellas una rosa que destaque aunque desangre mis manos al quererla yo arrancar.
Cuánto en mi vida he soñado poderte ofrecer una rosa, que guarde bajo sus pétalos la mirada del sol brillante y que nunca pierda su aroma a fuerza de perfumar.
Siendo la rosa tan bella que opaca la luz del sol, sueña con ser una estrella aunque siendo tan bella poco suele durar.
La rosa antes que muera la pondré en tu regazo y descansará entre tus manos dejando sus pétalos y aroma regados en tu corazón.