¡Coraje y recuerdos igual a fortaleza!
El coraje nos da vida... Si tenemos coraje para soportar debidamente las pruebas: podemos alcanzar planos superiores de vida y realización personal... Y el recuerdo del ser amado que se nos ha ido, nos da fortaleza para superar la adversidad. Símbolo de coraje el ave fénix que tuvo paciencia y fortaleza para soportar las llamas que lo consumían y renacer de sus propias cenizas... ¡Eso es coraje! (Libro de los Valores-Vila planos)
Eso fue lo que tuve yo... Coraje para soportar mi desgracia...
Cuando murió mi esposo, sentí que el mundo se me venía encima... Sola, con dos hijos pequeños y uno en el vientre... ¡Ese noviembre fatal!... ¡Una mano asesina me arrebató la felicidad!... No sabía que iba hacer... Las mujeres siempre nos preparamos para la muerte de un familiar, nunca para la muerte del marido... Pensamos que no vamos a sobrevivir a ellos, como estamos expuestas a más peligro, parto, aborto, enlacia, etc. Nunca nos preparamos para esa gran pérdida... ¡Eso precisamente fue lo que me sucedió, no me preparé!
Cuando sucedió esta tragedia quise irme con él... No me importaba nada... Lloraba todo el tiempo, me convertí en un ser taciturno y amargado, ¡hasta perdí la fe! me estrellé contra el mundo... Me preguntaba ¿Por qué a mí? ¿Qué mal había hecho en la vida para recibir tanto castigo? vivía llena de amargura y dolor... Hasta que un día... Alguien me dijo: ¡Ey! reacciona, a él no le hubiese gustado verte así... Él te amaba y tenía fe en ti, él te está mirando desde allá y está sufriendo de verte llorar, el no quería eso para ti... Él sabe que tú eres una guerrera y le estás fallando... ¡Anda!... él no se ha ido del todo...
Y tomando mi mano la posó en mi vientre y me dijo: ¡Aquí hay una parte de él!... ¡Su continuación!... ¡Ese pequeño que viene en camino te necesita!... ¡Tus dos hijos te necesitan! Su recuerdo te dará fuerzas para seguir adelante y fortaleza para lo que te espera... Ese día lloré más que nunca... Lloré con el alma... ¡Esa señora tenía razón! el mundo seguía su marcha con indiferencia hacia mi dolor... ¡No se iba a detener sólo porque yo había enviudado!
Así que alcé la frente... Me despojé de esa vestidura negra y a luchar se dijo... ¡Cuánta razón tenía esa mujer! lo que se me vino encima fue duro... Pero el recuerdo de él me daba fuerzas y fortaleza para seguir mi lucha... Porque mi vida en ese entonces no fue fácil... ¡Ni lo sigue siendo ahora!... Pero ahí voy por la sombrita... Me considero una amazona de la vida... ¡Mi hijo nació!... ¡Hermoso!... ¡Sano!... ¡Fuerte!... ¡Exacto a él!... ¡Su continuación!
¡Un gran hijo! Han pasado dieciocho años de esta triste historia... Mis hijos crecieron...
De esa mujer nunca volví a saber nada... A veces en mis ratos de soledad pienso que era un ¡ángel!... Y, ¡yo! Sigo luchando... Aún lo recuerdo ¿Cómo olvidarlo si fue el amor de mi vida?
Les cuento esta historia para que comprendan que así como el fénix renació de sus propias cenizas... Muchos de nosotros también podemos hacerlo con mucho coraje y fortaleza... Y para que tomen conciencia de las cosas... ¡Mujeres!... Y se preparen para no vivan lo que viví yo... ¡La muerte no avisa y el dolor es grande!...
Es una reflexión para las mujeres que son dependientes del marido...