HASTA QUE…
Hasta que no te olvides de ti mismo
y dediques tu vida a los demás,
no avanzarás un paso en tu camino
y tu marcha será sólo hacia atrás.
Hasta que tus dolores no lo sean
y tus problemas no te agobien más
y te agobien, en cambio, los ajenos,
no sabrás, de verdad, adónde vas.
Hasta que tu ilusión más acuciante
no sea la de servir a los demás
y ayudarles a descubrir en ellos
la Luz de Dios, que en su interior está,
no estarás dando el fruto que debieras
y tu vida sentido no tendrá.