CUANDO TU CORAZÓN SE ABRA
Cuando tu corazón se abra, llena de vida, la flor perfumada del amor, recuerda que alguien la plantó un día dentro de ti.
Cuando tu corazón se ilumine con el suave colorido de la puesta del sol,
recuerda que alguien amaneció contigo.
Cuando el fuego de la pasión queme tu corazón, consumiendo todas tus fibras en
la inmolación del placer, recuerda que alguien encendió esa llama.
Cuando tu corazón esté bordado de sueños dorados, tejidos con hilos
de luz de luna, recuerda que alguien coloreó tu mundo interior.
Cuando la noche te encuentre con el corazón partido y angustiado por las amarguras recogidas
en el día, recuerda que hay alguien esperándote con el pañuelo en la mano.
Cuando el insomnio te haga dar vueltas desesperadamente en la cama,
recuerda que alguien puede sembrar sueños de paz en tu mente.
Cuando la soledad te oprima y tu grito no encuentre eco, recuerda que
allá, del otro lado, alguien ama tu compañía y entiende tu clamor.
Cuando tus secretos no quepan más dentro de ti, amenazando romper los diques de
tu alma, recuerda que existe alguien dispuesto a recogerlos y guardarlos con el
cariño y la dignidad que tú esperas.
Cuando en tu corazón habite el azul del cielo, la calidez del sol, el gorjeo de los pájaros,
el perfume de las flores, la nostalgia del atardecer, el encanto de las mañanas, la serenidad de los lagos y la sonrisa de la ventura, recuerda que alguien ha tocado
tu corazón con la varita milagrosa del amor.
¡TÚ, que amas y vives en el contradictorio mundo del arco iris y de la oscuridad,
de la calma y de la agitación, de la paz y de la inestabilidad, sabe que
existe alguien más que habita en tu planeta!
En las horas felices, comparte con ella tus sonrisas, en las horas de
soledad, se levántate y búscala dondequiera que esté.
¡NO mires el reloj! ¿qué importan las horas? La vida es tan corta, no hay tiempo que perder!
Tú que amas, si tienes el coraje y la sencillez de hacerlo así, abre tus labios y canta el
milagro del amor, porque sólo el "amor" aproxima a las personas
y hacen que hablen el mismo lenguaje...
Autor: Anónimo