Que tus palabras sean como aguas mansas
pero en constante movimiento,
que con paciencia se van abriendo camino.
Que sean una bendición para los campos áridos,
que sean dadoras de vida para todas las plantas
que se nutran de tus palabras convertidas en agua.
Que con dulzura se introduzcan en la
vida de los sedientos, que necesitan de
un trago para seguir viviendo.
No te fijes quién se aprovecha de ellas,
simplemente fluye.
Las palabras pueden ser una poesía,
una frase célebre, un consejo, un cuento,
una felicitación, una reflexión,
incluso hasta un chiste,
sin embargo deben seguir un cauce
de amor para que llegue a todos.
Tus palabras pueden ser también en un momento dado,
como las aguas que bajan con fuerza , velocidad
y en grandes cantidades, destructivas y mortales,
pues a su paso se desbordan y ahogan.