Mis ojos sólo han visto el titilante fulgor de tu lenguaje en la pantalla, ventana que me acerca conocida, muro que me separa inexplorada. Te leo, y en mi mente se organiza un cúmulo de imágenes que alcanza a dar cuerpo a la idea de tu cuerpo, a dar vida a la idea de tu alma. Te conozco y te ignoro a un mismo tiempo; estoy contigo, pero qué lejana; creo tocar tu piel, y entre mis dedos sólo vibra mi piel sobresaltada. Sé que vendrás un día, aunque es incierto
si este saber es fe o es esperanza. Y cuando vengas, o si vienes, ¿cómo resistirán mis ojos tu mirada? Tiembla una duda en mi cerebro,
y corre el temor a lo largo de mi espalda,
formulando insistente la pregunta de si me ves como me imaginabas. Y la inquietud me impulsa a refugiarme
en la seguridad de la distancia. Y no sé si prefiero tu venida, o soñarte en ausencia enamorada. No obstante, ven, voy a correr el riesgo,
que más me aflijo cuanto más te tardas... O quizá...no, no vengas, que no quiero morir de angustia si me despreciaras. O si acaso...tal vez...probablemente..., perdona, amor, que es el temor quien habla... Llégate a mí, sin más, y abre tus brazos,
que yo hace tanto tiempo te abrí el alma
Francisco Alvarez Hidalgo
FRANCISCO ALVAREZ HIDALGO
España http://www.carlosreyna.com.ar
Francisco Álvarez Hidalgo nació en Cantabria, España; estudió Filosofía en Salamanca y, tras un breve periodo de profesorado, dio un giro a su vida, ingresando en el mundo financiero y ejerciendo sus actividades profesionales en Madrid (España), Montreal (Canadá) y Los Ángeles (USA), lugar en donde fijó su residencia. Su actividad literaria —a excepción de sus poemas de juventud— se ha desarrollado exclusivamente en el período que va del año '99 a la actualidad, donde escribió en forma prolífica. De esta época datan sus libros "Versos de hoy", "Intima desnudez", "Encuentros", "Es de noche sin ti", "Por las comarcas del sentir", "Conexiones", y otras obras. Su producción va inmersa en el subtítulo general de "Diario sentimental", un peregrinaje íntimo por el mundo de las relaciones personales y los afectos, y se ajusta, casi en toda su extensión, a los cánones clásicos de ritmo y rima. Con frecuencia se ha dicho que son poemas para ser leídos en voz alta, porque llevan un estilo espontáneo, diáfano y directo.