Silenciosa, serena y radiante,
así será cada noche que pasemos juntos,
las estrelladas y brillantes noches que nos amaremos,
estaremos solos en el mundo,
solo nuestro, el tiempo y la habitación.
Ansiosa espera tu piel de mis labios,
besarte cada parte de tu tersa piel,
tal como te gusta, que te recorra completamente,
con la que sin estar a tu lado,
Sería incompleta boca sin miel.
Te tengo en mis brazos, soy tu dueño,
te dejas llevar por mis caricias,
hasta que me dominas con tu desnuda belleza,
que admiro en la oscuridad, la que simultáneamente
tus ojos iluminan con temible destreza.
Llegas a mi lado, cubierta de prenda color verde,
la que resbala por tu piel con la suavidad de la seda,
asistida por tu piel de doncella y mis manos seducidas.
Hacemos que el cielo baje y se bañe de amor,
del que derrochamos cada vez que nos cubrimos
solo con aterciopeladas nubes, las que cubren
las radiantes estrellas sobre nosotros.
Esa noche, como todas, seré tu sueño,
tu deseo, tus fantasías, tu esperanza en la vida,
pero sobre todo tu amor;
tal como tú lo eres para mí.
Con cada respiro de tu cuerpo,
te llenaré de gloria, seré siempre fuerte,
siempre fiel, tal como de mi alma
florece un suspiro, teniendo siempre presente la calma,
fuerza y templanza que tu aliento en mi espíritu derrama.
Amar como te amo, te hace ver la verdad,
tomas mi corazón con tanta ternura con tus palabras,
que yo sé que la vida no me hará daño,
y sé que no me dejarás indefenso,
despliegas tus alas, blancas y hermosas,
y me doy cuenta, que estoy amando a un ángel, mi ángel.