La depresión es una carencia, es la ausencia de la sal en la mar, del brillo en la luz de la luna y en el horizonte un desierto solo y vacío, donde aún el polvo es abandonado por que nadie siquiera lo va a pisar.
Depresión son los labios que se cierran y que, frente a sus cercanos no puede siquiera sonreír.
Depresión es un pincel seco, es una mano vacía, es repetir tu nombre día tras día y que tu jamás escuches.
Depresión es buscarte en una mar profunda y oscura. Y tú miras de lejos, de muy lejos, desde una montaña vacía.
Depresión es romper los lazos de cristal y pretender pegarlos, pero éstos se perdieron entre el día y la noche, entre el todo y la nada.
Depresión es querer abrazarte y sentir solo el vacío por que tú no estás más.
La depresión no es carecer de sueños, tan sólo de no haberlos cumplido.
Depresión es una mente sin ideas, es la idea sin aceptación .
La depresión nace de un corazón dividido, la causa de su daño es una flor, es una rosa y es una espina.La rosa la embriagó y le hizo latir fuerte su corazón más de súbito entró la espina y rasgó el corazón.
La depresión es pues un sentimiento que se enfrenta a un enemigo cruel, el cual es el opuesto a sí mismo, es el abrazo cruel del amor y del odio, de la comprensión y de la incomprensión, de la soledad y el silencio para con el grito y el alboroto. ¿
Quién puede conciliar el azul del cielo claro con la noche más oscura, sin una luz, sin una estrella?
Depresión es no poder hallar jamás lo que se quiere, lo que se busca.
Depresión es la fuerza que se pone no para unir sino para quebrar.