Corazón Nuevo
Mi corazón, como una sierpe, se ha desprendido de su piel, y aquí la miro entre mis dedos llena de heridas y de miel.
Los pensamiento que anidaron en tus arrugas, ¿dónde están? ¿Dónde las rosas que aromaron a Jesucristo y a Satán?
¡Pobre envoltura que ha oprimido a mi fantástico lucero! Gris pergamino dolorido de lo que quise y ya no quiero.
Yo veo en ti fetos de ciencias, momias de versos y esqueletos de mis antiguas inocencias y mis románticos secretos.
¿Te colgaré sobre los muros de mi museo sentimental, junto a los gélidos y oscuros lirios durmientes de mi mal?
¿O te pondré sobre los pinos, -libro doliente de mi amor- para que sepas de los trinos que da a la aurora el ruiseñor?
Federico García Lorca |