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POESIAS: EL ARBOL DE LAS MANZANAS
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De: UTOPIA (Mensaje original) |
Enviado: 26/11/2010 20:42 |
Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo apreciaba mucho y todos los días jugaba a su alrededor. Trepaba por el árbol, y le daba sombra. El niño amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: "¿Vienes a jugar conmigo?". Pero el muchacho contestó: "Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos". "Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero... pero puedes tomar todas mis manzanas y venderlas. Así obtendrás el dinero para tus juguetes". El muchacho se sintió muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste. Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: "¿Vienes a jugar conmigo?". "No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?". "Lo siento, no tengo una casa, pero... puedes cortar mis ramas y construir tu casa". El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario. Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. "Vienes a jugar conmigo?", le preguntó el árbol. El hombre contestó: "Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?". El árbol contestó: "Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz". El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo. Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: "Lo siento mucho, pero ya no tenga nada que darte, ni siquiera manzanas". El hombre replicó: "No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar... ahora ya estoy viejo. Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar. Estoy tan cansado después de tantos años...". Entonces el árbol, con lágrimas en sus ojos, le dijo: "Realmente no puedo darte nada... lo único que me queda son mis raíces muertas, pero las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa". El hombre se sentó junto al árbol y éste, feliz y contento, sonrió con lágrimas.
Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá... Cuando crecemos los dejamos... Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Parece que el muchacho es cruel contra el árbol... pero es así como nosotros tratamos a veces a nuestros padres.
Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado.
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De: UTOPIA |
Enviado: 26/11/2010 20:44 |
Duele amar a alguien y no ser correspondidos, pero lo que es más doloroso es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes.
Tal vez Dios quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin cuando la conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo. Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conoces a alguien que significa todo y solo para darte cuenta que al final, no era para ti y lo tienes que dejar ir.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros. Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos. Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te corresponderán, pero no esperes que te correspondan; solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece sé feliz porque creció en el tuyo.
Hay cosas que te encantaría oír que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera, pero no seas tan sorda/o para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón. Nunca digas adiós si todavía quieres tratar. Nunca te des por vencida/o si sientes que puedes seguir luchando. Nunca le digas a una persona que ya no la amas si no puedes dejarla ir.
El amor llega a aquel que espera, aunque lo hallan decepcionado; a aquel que aun cree, aunque haya sido traicionado; a aquel que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado; y a aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo. El principio del amor es dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos, y no tratarlos de voltear con nuestra propia imagen, porque entonces solo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ellos. No vayas por el exterior, este te puede engañar; no vayas por las riquezas porque aun eso se pierde; ve por alguien que te haga sonreír, porque toma tan solo una sonrisa para hacer que un día oscuro brille.
Espero que encuentres a aquella persona que te haga sonreír. Hay momentos en los que extrañas a una persona tanto que quieres sacarla de tus sueños y abrazarla con todas tus fuerzas. Espero que sueñes con ese alguien especial. Sueña lo que quieras soñar; ve adonde quieras ir; se lo que quieras ser; porque tienes tan solo una vida y una oportunidad para hacer todo lo que quieras hacer.
Espero que tengas; suficiente felicidad para hacerte dulce; suficientes pruebas para hacerte fuerte; suficiente dolor para mantenerte humana/o; suficiente esperanza para ser feliz y suficiente dinero para comprar regalos. Las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo; solo sacan lo mejor de todo lo que encuentran en su camino.
La felicidad espera por aquellos que lloran, aquellos que han sido lastimados, aquellos que buscan, aquellos que tratan. Porque solo ellos pueden apreciar la importancia de las personas que han tocado sus vidas.
El amor comienza con una sonrisa, crece con un beso y muere con una lágrima. La brillantez del futuro será basada en un pasado olvidado. No puedes ir feliz por la vida hasta que dejes ir tus fracasos pasados y los dolores de tu corazón.
Cuando naciste, tu llorabas y todos alrededor sonreían, vive tu vida de forma que cuando mueras tu sonrías, y todos alrededor lloren.
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De: UTOPIA |
Enviado: 26/11/2010 20:44 |
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Enviado: 26/11/2010 12:49 |
Hoy me desperté pensando... miles de colores fulgurantes noche oscura, alegría y tristeza entremezcladas y me sentí cansada....
Cansada de las cosas que no pasan, y de aquellas que suceden sin llamarlas... De aquellas que buscamos inconcientes y después decirnos el por qué buscarlas.
Hoy me desperté pensando... claro, oscuro, apaisado mensaje de ese gris vivido... sentimientos que nacen sin sentido que no tienen razones, que no tienen olvido.
De pronto... decidí sentir y dejar de pensar tanto, porque nada es por nada y termina siendo todo como el mejor amigo, el gran amor perdido, los abrazos de mi madre, la sonrisa de los niños, la mejor flor que se marchita, el beso apasionado en el pasado, el jardín desmejorado del invierno, y renacido en cada verano... las peleas de chicos , mis hermanos, los cuasi-amigos, conocidos... que hoy están o ya se han ido...
Así es la vida, así el humano. Vana imperfección que intenta encontrar la perfección extraña inalcanzable que no llega...
Tomé mi café, leí mi diario... terminé de escribir... y comencé mi itinerario.
Vivir la vida, sentirla a cada paso saborear el amor... ¡dejar de pensar tanto!
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De: UTOPIA |
Enviado: 26/11/2010 20:45 |
Fábula de Ghana (África occidental)
Un día la Vida tomó la figura de un joven apuesto y se puso a caminar por el mundo. A la orilla de un bosque vio una cabaña, entró y encontró allí a un hombre pobre enfermo de elefantiasis: todos sus miembros estaban hinchados y tan deformes que se movía con mucha dificultad.
-¡Oh! ¿Que venturosos vientos te trajeron a mí? ¿Quién eres tú? -dijo el enfermo.
- Soy la Vida, -respondió el caminante. Algunos me reconocen cuando llego, pero no cuando vuelvo. Yo voy y vengo; volveré por estos lugares dentro de siete años.
¿Pero, por qué gimes tanto?
-Tengo una enfermedad horrible; ha destruido mi aspecto humano y me ha quitado la alegría de vivir. Ya no puedo más.
-Si quieres, -dijo la Vida, te curo. Pero tú me olvidarás.
-¡No! Le aseguró el enfermo. Guardaré eternamente en mi memoria a quien me cure y le estaré agradecido para siempre.
La Vida esparció un polvo misterioso sobre el enfermo, y éste quedó curado como por encanto. La Vida siguió su camino y enseguida llegó a la cabaña de un leproso.
-¡Oh! ¡Bendito tú que vienes a mí! -exclamó el leproso al ver al hermoso joven. ¿Puedo saber tu nombre?
-Yo soy la Vida -dijo el recién llegado. Algunos me reconocen cuando llego, pero no cuando regreso. Voy y vengo.
Volveré por estos rumbos dentro de siete años. Puedo curarte, ¿pero te acordarás de mí?
-No te olvidaré mientras viva -dijo el leproso.
La Vida lo curó y siguió su camino. Al llegar a una aldea, se encontró con un ciego que buscaba el camino con un bastón. Cuando oyó pasos, se detuvo y preguntó.
-¿Quién va? ¡Cuidado con este pobre ciego!
-Yo soy la Vida. Algunos me reconocen cuando llego, pero no cuando vuelvo.
Curó también al ciego y desapareció. Pasaron los años, y a su tiempo, como lo había prometido, volvió, pero esta vez oculto bajo la figura de un ciego. Era ya tarde cuando llegó a la cabaña del ciego que había curado. Tocó a la puerta. No estaba, pero le abrió su esposa.
-Tenga piedad de este pobre ciego -dijo la Vida. Conozco a su esposo; ¿me puede dar un refresco mientras lo espero? Me basta con un poco de agua.
-Mi esposo es un verdadero tonto -refunfuñó la mujer. Trae a casa a cuanto pobre se encuentra.
Puso un poco de agua sucia en una vieja jícara y se la ofreció de mal modo al falso ciego. Por fin llegó el Señor de la casa, y la Vida se dirigió a él.
-Estoy de paso -dijo. ¿Puedes darme alojamiento hasta mañana?
El hombre murmuró algo, después extendió una estera en una esquina de la cabaña y dio al ciego un puñado de cacahuates. Cuando despuntó el alba, la Vida llamó a su anfitrión y le dijo:
-¿No te dije que algunos conocen a la Vida cuando viene pero no cuando regresa? Tú no me has reconocido, porque la ceguera se ha quedado en tu corazón, y volverá también a tus ojos.
Dijo esto y salió dejando tras de sí una polvareda. El hombre volvió a ser ciego, como siete años antes.
Cuando la Vida llegó a la cabaña del antiguo leproso, se cubrió de una lepra tan horrible que la seguían enjambres de moscas. Tocó a la puerta, pero aquel hombre, viendo al leproso, no lo dejó entrar y rehusó darle de comer porque estaba demasiado sucio.
-Te lo había dicho -le recordó el caminante. Algunos conocen a la Vida cuando viene, pero no cuando regresa.
Dijo y se marchó dejando tras de sí un reguero del misterioso polvo. El hombre ingrato se cubrió de nuevo de tanta lepra que la carne se le caía a pedazos.
Cuando llegó a la cabaña del antiguo enfermo de elefantiasis, la Vida se hinchó los miembros de tal modo que a duras penas podía caminar. Se asomó a la puerta y dijo:
-¡Buen hombre, un poco de refresco por caridad!
-¡Adelante! ¡Adelante! ¡Entra! -dijo el hombre, apresurándose a ayudar al fingido enfermo. ¡Oh! ¡Que desgracia! ¡Tan joven y tan enfermo! Yo también, hace tiempo, tuve esa fea enfermedad, pero pasó por aquí un buen hombre y me curó. Quizá...
Y mientras hablaba puso a cocer un plato de arroz, dio al enfermo nueces y una jícara llena de leche fresca, después preparó un asado de carnero y se ocupó de cuidar al enfermo.
En la mañana, la Vida se presentó como el joven hermoso que era y dijo:
-Tú has reconocido a la vida también a su regreso. No olvidas los beneficios recibidos y sabes socorrer a quien sufre lo mismo que tú has sufrido. Por eso permanecerás sano y gozarás de prosperidad.
El hombre quiso hacer un regalo a la Vida, unas vacas. Pero el joven se lo agradeció diciendo:
-No tengo necesidad de riquezas. Quiero que recuerdes una cosa importante: La Vida puede cambiar y traer hoy bienes y mañana males, pero con frecuencia depende de ustedes hacerla mejor o peor.
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De: UTOPIA |
Enviado: 26/11/2010 20:46 |
Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro.
Decidieron viajar, trabajar y conocer mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: "Mira ese chico mal educado! Él arriba del burro y los pobres padres, ya grandes, llevándolo de las riendas!".
Entonces, la mujer le dijo a su esposo: "No permitamos que la gente hable mal del niño." El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: "Mirá qué sinvergüenza ese tipo! Deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima!".
Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: "¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a lamujer sobre el burro! Y pobre hijo? ¡qué le espera con esa madre!".
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían: "¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van apartirle la columna!"
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que lasvoces decían sonrientes: "¡Mirá a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro quepodría llevarlos!"
Reflexión::
Siempre te criticarán, hablarán mal de vos y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes. Entonces: ¡vive como creas!, haz lo que te parezca correcto a VOS, lo que te dicte tu conciencia y tu corazón.
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De: UTOPIA |
Enviado: 26/11/2010 20:47 |
Es preciso tener fuerza para ser firme,
pero es preciso tener coraje para ser gentil.
Es preciso tener fuerza para defenderse,
pero es preciso tener coraje para bajar la guardia.
Es preciso tener fuerza para ganar una guerra,
pero es preciso tener coraje para rendirse.
Es preciso tener fuerza para estar en lo cierto,
pero es preciso coraje para tener duda.
Es preciso fuerza para mantenerse en forma,
pero es preciso coraje para mantenerse en pie.
Es preciso tener fuerza para sentir el dolor de un amigo,
pero es preciso coraje para sentir los propios dolores.
Es preciso tener fuerza para esconder los propios males,
pero es preciso coraje para demostrarlos.
Es preciso tener fuerza para soportar el abuso,
pero es preciso coraje para hacerlo parar.
Es preciso tener fuerza para quedarse solo,
pero es preciso tener coraje para pedir apoyo.
Es preciso tener fuerza para amar,
pero es preciso tener coraje para ser amado.
Es preciso tener fuerza para sobrevivir,
pero es preciso coraje para vivir. |
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