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General: Buscando el espíritu de la Navidad
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Buscando el espíritu de la Navidad
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Buscando el espíritu de la Navidad Por Karina Michalek de Salvioli |
Nosé porqué estos últimos años me parece percibir que el espíritunavideño ha ido decayendo. Será porque hay menos adornos en las casas,o porque las ofertas navideñas son cada vez menos, o porque subió lacarne o porque los parientes estarán muy lejos. |
Elaño pasado estaba como desesperada para que mi hija menor tuviera laexperiencia de participar de un Pesebre Viviente. Y el fin de semanaanterior a la Navidad recibí el llamado de una madre del jardín deinfantes, invitándome a la representación navideña en la queparticiparía su hija. Por supuesto no me costó mucho contagiarle a minena la emoción de ver un Pesebre Viviente. Al llegar al lugar,cerca de casa, mi hija fue invitada a participar de angelito opastorcita. La vergüenza pudo más, pero fuimos los invitados especialesy nos sentamos en primer lugar. Disfrutamos cada momento de la representación viendo a grandes y chicos cumplir sus roles tan sencillamente. |
Nos reímos con las ovejitas disfrazadas a las que se les sumó un perro del lugar. La hueste de ángeles brilló con tantas caritas limpias y sonrientes.Los pastores más pequeños saludaban a tíos y abuelos y no faltó el reymago que posó para la foto. Con un papel en la mano cantamos todas las canciones quesorprendentemente mi hija ya conocía (ahí me di cuenta cuán importanteera el cancionero popular). Al terminar la representación nos invitaron a pararnos frente alpesebre y juntos cantamos Noche de Luz mientras el Niño Jesúsdesaparecía gateando. Con el acto reflejo de cantar la segunda voz, me vi en medio de lo quetanto había deseado. Pude sentir con mi pequeña hija el espíritu de laNavidad. ¡Ella estaba tan emocionada…! Cuando regresábamos a casa me dijo que no sabía que otras personas que no van a la iglesia también querían a Jesucristo. Entonces entendí que el espíritu navideño viene de creer en Él, desentir Su amor y de demostrárselo, compartiendo villancicos o lahistoria más importante de la humanidad. De una manera que aún hoy me asombra, mi Padre calmó la desazón de mi corazón. |
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Lasfiestas que nos recuerdan el nacimiento del Salvador se han ido tiñendode compromisos laborales a los que no se puede faltar, reuniones dedespedidas de año en estancias durante todo el día, asados con amigosdel trabajo, y por ahí con menos deseos de compartir en familia. Las actividades de fin de año en la capilla han sufrido también lasconsecuencias de esta vida tan ocupada. El celular de muchos está tanlleno de mensajes de encuentros que no vemos un lugar vacío parareunirnos con nuestros hermanos en la fe. Nos excusamos diciendo que lasugerencia es realizar menos actividades. |
Ennoviembre una amiga puso en su facebook la invitación que habíarecibido para la cena de Navidad de su barrio. Y como tantas otrasveces el facebook provocó una reacción emocional, pero esta vez no fuealgo gracioso que comentamos entre amigas, sino un liso y llanosentimiento de envidia. Es cierto que sería una lástima que tradicionales cenas o actividadesde Navidad y fin de año no se hicieran en nuestra capilla porque todosestén ocupados o no haya fechas reservadas de antemano. Puede pareceraburrido repetir año tras año la organización de un pesebre, tal vezsin entender lo que significa para los niños (y los padres y abuelos). Pero el espíritu de la Navidad está y crecerá en nuestro corazón deacuerdo a nuestros deseos y, en realidad, no depende de otros. Podemoshacer un pesebre de muchas maneras, aun en nuestra propia familia enuna noche de hogar, o representarlo en la misma Noche Buena cuandoestemos celebrando. Podemos hacerlo con nuestros vecinos y compartirnuestra visión del nacimiento del Salvador; o con otras familias amigasdel barrio, y también, no está demás dar nuestras ideas y experienciaal obispo, y hacerle saber que estamos dispuestos a ayudar. |
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Lomás importante es que todos comprendamos que necesitamos esastradiciones para reafirmar nuestro sentido de pertenencia. Pertenecemosal grupo de cristianos del mundo que adoran al Salvador y compartimoscon ellos las tradicionales canciones, compuestas para que nuncaolvidemos cada detalle de ese evento tan singular. |
El año pasado también retomé mi costumbre de mandar tarjetas por correo real. Cuando en estos días apareció mi esposo con las tarjetas que compra alHospital de Romero, mi entusiasmo se renovó. Completamos una lista defamilias amigas y de amigos personales de mis hijos e hija. Buscamosdirecciones en la guía de teléfono y como actividad de la noche dehogar armamos los mensajes y firmamos de ‘puño y letra’ cada tarjeta. Preparamos saludos para las familias de nuestra rama y no olvidamos aaquellos que recién se bautizaron. Buscamos incluir a profesoresparticulares y maestras de la escuela. El espíritu de Navidad se va construyendo, haciendo el esfuerzo de noperder las tradiciones reales y usando las virtuales cuando ladistancia no nos ayuda. |
El espíritu de Navidad, entonces, se percibe cuando en nuestro hogarlos adornos nos recuerdan anécdotas pasadas. Cuando la música elevasentimientos. Tengamos cuidado, por más ocupados y presionados que nos sintamos, deno perder las numerosas y variadas tradiciones que tienen el poder dealegrar, enseñar y emocionar nuestros corazones y hacen que este mes dediciembre sea tan especial para las familias del mundo entero. |
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De: UTOPIA |
Enviado: 09/12/2010 23:09 |
QUE MENSAJE MAS BELLOS GRACIAS POR COMPARTIRLO BESOS
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