EL AMOR ROMANTICO
El romanticismo es un arquetipo, el ánima y el ánimus que por fin se encuentran para ser felices para siempre como en un sueño.
El romanticismo es un movimiento literario, artístico y filosófico que se desarrolla en el siglo XVIII como reacción contra el racionalismo y el intelectualismo que predomina en esa época.
Se caracteriza por la apreciación de la belleza natural, la exaltación de la emoción sobre la razón y de los sentidos sobre el intelecto; y por el abandono de los ideales clásicos.
Se centra en lo subjetivo, irracional e imaginativo y en lo emocional, espontáneo y trascendente.
La imaginación se convierte en la fuente creadora que reemplaza a los hechos reales, enaltece la sensibilidad individual e interpreta las experiencias como una expansión del si mismo.
El romanticismo rompe las reglas de juego para poder expresar sentimientos y emociones, enfatizando los elementos expresivos y emotivos.
El romántico es sentimental, generoso y soñador. Prefiere la belleza de los sueños que la cruda realidad tangible de los hechos objetivos.
El amor romántico es el que se idealiza y que difícilmente coincide con una persona concreta; y el símbolo es su lenguaje: como una flor, un pétalo prisionero entre las hojas de un libro, una mirada profunda, un susurro, una caricia o un beso furtivo.
Es el amor puro y natural, que al crecer se deberá convertir en amor maduro para poder armonizar con los apetitos de la carne, sin perder su esencia.
Algunos permanecen disociados, por un lado viven un romance puro con alguien y por otro satisfacen su instinto sexual con otro, principalmente cuando se ha aprendido a vivir la sexualidad como algo sucio; mientras los más se olvidan que alguna vez fueron románticos.
El romántico se siente atraído por el héroe, el genio y la figura excepcional y siente predilección por lo exótico, remoto, extraño, oculto, monstruoso, enfermo, deforme y hasta satánico.
El romance exige misterio, es la promesa de la felicidad y el éxtasis, la chispa que enciende la hoguera de las pasiones.
Algunos piensan que el amor romántico es un invento más de los norteamericanos para hacer películas taquilleras. Otros apelan a los romances imposibles para escribir novelas lacrimógenas que devalúan el valor del romanticismo para alcanzar la felicidad; quedando como una falaz quimera difícil de lograr, algo inalcanzable que está más allá de la realidad, en un mundo ideal y abstracto.
Sin embargo, el amor romántico es el que el corazón de todas las mujeres anhela pero que no alcanza porque difícilmente se concreta.
Porque el hombre, no suele ser romántico, es racional por naturaleza y tiene la fibra emocional oculta debajo de una caparazón de razones. Se maneja con el intelecto, racionaliza, analiza, mide, evalúa pero le cuesta sentir o emocionarse porque cree que esa actitud lo ablanda y eso en general no se lo permite porque no es de hombres.
Aunque de vez en cuando puede aparecer algún romántico que sea capaz de expresar sus sentimientos sin temor y hasta de comprar flores a una mujer sin miedo de perder su hombría.
El romántico nace y también se hace, porque se puede aprender a manejar los sentimientos sin perderse en el intento. Porque el que se vincula a la defensiva, sin compromiso emocional, no se relaciona, está centrado en sí mismo sin poder salir de él ni atreverse a entregarse; y sólo utiliza al otro para obtener un fin práctico
|