Una piedra de luz
Una tarde de verano me encontraba caminando por la orilla de un inmenso mar, sentí deseos de terminar con mi vida, sentía que no valía la pena seguir adelante, me sentía desesperada porque los problemas era mucho mas que las alegrías, mire al cielo y grite, “Dios mío si existes, mándame un ángel, para que sea mi compañero y al menos me ayude a olvidarme de las penas, un ángel que me de la confianza para seguir adelante” sin obtener respuesta renegué, “Maldita sea la hora que llegue a este absurdo mundo” tampoco obtuve respuesta.
Decepcionada seguí caminando con la mirada baja, cuando de pronto me encontré una pequeña piedra, pero era la piedra mas preciosa que podía existir, me agaché y la tomé entre mis manos, al tocarla comenzó a iluminarse y a su vez lleno con su luz todo mi rostro, al ver que era hermosa la coloqué a un lado de mi corazón, para que me iluminara desde adentro.
Desde ese momento se me olvidaron todas mis penas, porque sabía que dentro de mí existía algo que me hacia sentir bien, que me irradiaba con su luz desde adentro, de repente, algo extraño sucedió la misteriosa piedra comenzó y comenzó a crecer sin control, y empezó a introducirse a mi corazón, pero al hacerlo me lastimaba, me dolía lo que estaba haciendo, pero a la vez me causaba sensaciones que nunca había sentido…
Me sentía completamente feliz, sentía que al menos algo llenaba y alegraba a mi triste corazón, lleno por completo mi corazón, había días que me desesperaba porque lastimaba increíblemente, e intente muchas veces retirarla de mi ser pero era demasiado tarde, la piedra de luz estaba lo suficientemente dentro de todo mi ser y se hacía cada vez más fuerte, pero afortunadamente también existían días completamente llenos de su maravillosa luz que ilumina todo mi ser.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado decepcionado dé la vida?, le pedimos a Dios alguna señal y cuando eso sucede nos manda un “ángel” que al llegar a la tierra se convierten en una piedra de luz y al entrar en nuestro corazón, se transforman en un “amigo” que a veces al ayudarnos a crecer como ser humano, nos lastiman pero a la vez nos iluminan con su inmensa luz y cuando intentamos sacarlos de nuestras vidas, es cuando más adentro están.
¿Y tú, cuántas piedras de luz tienes?
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