Cada año que se va...
Cada año que se nos va, no sólo nos ha permitido adquirir nuevas experiencias, sino que nos impulsó a profundizar más nuestra intimidad...
Nos conduce a la eternidad y debe madurarnos para ella... Madurar significa soportar la luz del sol, la lluvia y la tormenta de la vida, progresar hacia el interior del ser...
Conviene que lo sepas y lo medites:
Apártate del tumulto mundano, sube a la alta montaña, desnuda tu alma, proyecta tus pensamientos más puros, invoca al Absoluto y luego reconcíliate con el año...
No olvides que lo primario es la gratitud...
En todas las tribulaciones pasadas, la Presencia Divina ha estado siempre a tu lado, ayudándote cuando menos lo esperabas...
Si vuelves atentamente la mirada hacia el año que pasó, comprenderás cosas que entonces no entendiste, de la misma forma que, mirando largamente el cielo, se descubren una a una las estrellas, donde antes sólo había oscuridad.
Alberto Schweitzer
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