Suena extraño tu nombre siempre que lo repito apasionadamente, cuando me encuentro a solas; poco a poco al nombrarlo va perdiendo el sentido, hasta ser como un eco que sale de mi boca.
Suena extraño tu nombre cada vez que en mis sueños lo repito y repito febril y apasionado: se transforma en sonido, como un lejano grito que se escapa a lo lejos, huyendo hacia el pasado.
Por eso en mis poemas prefiero no nombrarte y esa palabra amada la estoy dejando a un lado, porque pienso que puede ir perdiendo el sentido, hasta ser sólo un nombre sin un significado.