EL VALOR DE UN DESAFIO ..
Los desafíos son la manera que tiene la vida de asegurarse de que realmente deseas las cosas que logras alcanzar. Un desafío es una excelente herramienta para mantenerte enfocado en las cosas que de verdad te importan.
Imagina por un momento cómo sería vivir sin desafíos. En un mundo de estas características, podrías conseguir absolutamente todo sin tener que hacer esfuerzo alguno, sin disciplina ni compromiso. ¿Suena como algo maravilloso, cada uno de tus deseos cumplidos al instante, apenas los llegas a pensar? Bueno, podría resultar agradable por unos 20 minutos, pero rápidamente se convertiría en algo extremadamente aburrido. Porque un mundo como ese te abrumaría, literalmente hablando, con una trivialidad totalmente carente de sentido. Seguro, cada deseo sería cumplido instantáneamente, pero todo resultaría dolorosamente vacío.
El valor del logro está en el logro, en superar los desafíos, en la persona en que te conviertes como resultado de haber pasado por el proceso. Recibir el premio sin el esfuerzo es como no tener premio alguno, tan sólo una baratija vacía y sin sentido.
Los desafíos son difíciles, a menudo dolorosos, siempre exigentes y como tal, son ellos los que hacen que el verdadero valor, la belleza y la realización resulten posibles. Un desafío puede ser muy duro y agobiante, pero es que de veras da lugar a la riqueza y a la plenitud de la vida.
Poder de adaptación
Cuando el mundo cambia, como ocurre constantemente, tú puedes sacar el máximo provecho.
Si las cosas no se dan como esperabas, no tienes por qué perder el rumbo.
Porque cuentas con la maravillosa capacidad de adaptarte. Puedes evaluar la situación, llevar a cabo algunos ajustes y seguir avanzando, pase lo que pase.
Adaptarse a condiciones cambiantes no implica resignar tus valores, tu objetivo, tus sueños y tus metas.
Más aún, muchas veces es la capacidad de adaptación la que te permite mantener esos valores y alcanzar esas metas.
Son muchas las cosas que pueden hacerte perder el rumbo, incluso contando con la más eficiente planificación.
Pero siempre hay una manera de adaptarse, de ajustar la dirección y de seguir adelante.
Si te das cuenta de que estás yendo por el camino equivocado, no importa por qué, date cuenta también de que no es el fin del mundo.
En lugar de preocuparte o enojarte, quejarte o culpar a alguien, pon tu energía en ajustar tu enfoque y volver a encaminarte hacia donde deseas ir.
Estando dispuesto a adaptarte y a seguir avanzando, cada cambio puede terminar generando un resultado positivo.
Que cuando se nos presenten los desafíos los enfrentemos con valor, con fe y convencidos de que no estamos solos, de que esto nos va ayudar, que maduraremos para que mas adelante podamos aconsejar a quien lo necesite, al tener enfrente algo que a veces nos parece muy grande, recordemos que mas Grande es Dios y que nos da sabiduría, entendimiento y como El es Poderoso nos ayuda a salir victoriosos, por esa razón no desmayemos sino que sigamos corriendo esta carrera de la fe porque saldremos vencedores en Jesus.