En el silencio de mi cuarto, mirando las guedejas de una fina llovizna de otoño incierto...voy pasando las hojas de mi calendario y en ellas te encuentro con mucha frecuencia, con frases de azul armonía y recuerdos de alegrías.
No sé porqué las tardes de llovizna, me llegan al alma como retumbar de aleluyas, erizando mi piel hasta sentir la tibieza de tu presencia en mi alcoba.
Amigo de horas dulces y frescuras amarillas al pie de las rocas que miran los cielos, busco tu recuerdo entre mis cabellos y encuentro tu sonrisa blanda acariciándome en la tarde envuelta en lejanías.
Hoy que te escucho en la brisa y veo tu imagen en los vitrales de mi ventana; me entran las nostalgias por los visillos y de hamacan suavemente como llamándote.
Las distancias duelen cuando llovizna en la tarde y mis cansancios de espera se hacen eternos.
Sola con mis palabras trazo espacios dentro de mis sentires y lleno los cuadernos de versos sueltos salidos del alma y sé que morirán en alguna página amarilla cargada de espera y destino mudo.
Amigo, no espero que entiendas mis palabras, sólo quiero que me recuerdes como al canto atardecido de la calandria que despide al día...
Te quiero en mis recuerdos; te recuerdo en mis callares.