VAS CARGANDO MUCHO PESO?
En un puerto del mar de China
había numerosos barcos a punto de embarcar;
todos cargados hasta los topes de joyas,
de sedas y de otras mercancías valiosas.
Los mercaderes que los habían fletado
se alegraban de llevarse todos estos tesoros
a su país natal. Poco antes de su partida,
se les anunció que se preparaba
una tempestad en alta mar y que sus barcos,
cargados en exceso, no podrían resistirla.
Pero los mercaderes, haciendo caso omiso
de esta advertencia,
decidieron partir sin más tardanza.
Sólo uno de ellos descargó su barco
y se hizo al mar vacío. Más tarde,
cuando se desencadenó la tempestad
con una violencia extrema,
los barcos demasiado cargados se hundieron.
Únicamente el barco vacío permaneció a flote
y pudo recuperar a todos los náufragos.
Los seres que se debaten en medio
de sus problemas son comparables
a estos barcos demasiado cargados.
Si tienes un barco lleno como ellos,
tu compañía no les será de ninguna utilidad.
Si trabajas sobre ti mismo
y haces el vacío en ti,
puedes recuperar a los demás. Si no,
cuando se desencadene la tempestad,
cuando los problemas te abrumen,
no podrás hacerles frente.
Una vez terminadas las terapias,
terminados los negocios,
la comida en el restaurante
o el trabajo en la oficina,
vas a interrumpir tus actividades
y a hundirte en la tormenta.
Uno tiene que descargar su cargamento.
No se puede ayudar
a los demás con un barco lleno.