lunes, 20 de agosto de 2007
No es culpa suya si la mirada se le ha encanecido y los ojos despeinado, si lleva la corbata torcida, el traje sucio y arrugado…si le cuelga malherida la sonrisa del labio, si cual cáncer no afeitado, se rechaza a toda hora…
No es culpa cuya, si por los ecos del espacio dejó sus desvaídas huellas si se fue, poco a poco, incrustando en el silencio de los crepúsculos tristes, si bajó a los barrancos, recorriendo todas sus malolientes calles, calles del dolor, calles de degradación, de miseria, si, sobre su vida, desvalido y de la mano de Dios olvidado, escupió, blasfemó y lloró...
No es culpa suya, si aún hoy, de su alba torcida, fluye ese vértigo que le hunde el corazón, nubla toda su razón y provoca tan terrible desazón en el incansable martirio de su reptar en soledad, ¡ Desorientado! ¡ Vacuo! por todas las escalas polvorientas del desprecio, del olvido, de la indiferencia, del desprestigio ajeno…
No es culpa suya si ha perdido la fe, si su brújula de mar y violín, ya nunca señalará norte ni esperanza, si nunca le colma y contrasta el peso de un suceso grato, de un beso o caria, de una sonrisa sincera, o noticia amable, si deambula, al anochecer, entre la inmundicia, si ya nada de lo que contempla sustenta su fe.
En su horizonte se implantaron, todos los silencios oscuros.
No fue culpa suya si ayer, tras vomitar sobre la vida, sus sanguinarios y negruzcos humores entre las miserables tinieblas de sus bosques fusilados… sin una carta de despedida, ni, para nadie, sonrisa grata cruzó por última vez…¡ No tuvo ni una mirada afable , ni sobre él, nívea paloma en vuelo, sólo la evidencia certera de que ya nadie de quien despedirse le quedaba… ¡Sí!, al menos, el consuelo, de que sintió dolor por él, aquel cuervo, de plumaje negro, como el azabache, que al verle muerto… graznaba dolorido …:
¡SOLDADO! ¡ SOLDADO! ¡Este muerto, ¡ Este muerto, era mi amigo! lo era de la muchacha del balcón que mil veces lo contempló ebrio y, ayudó a levantarse, bajo lunas incendiadas del azul, tendido boca abajo con todos sus ideales rotos con los anhelos del alma, desgastados de tanto arrastrarse por su miserable vida. con el peso de todos los dolores, tristezas, miserias, soledades y abandonos de ella.
* AnnyLouisE l.h.q.c.e.l.l. www.poemasannlouise.com Derechos Reservados
|