Anoche soñe que era el alcalde de la Habana y que con tremendo orgullo me paseaba el malecon en guayabera cubana y zapatos de dos tonos con el cuello de la camisa duro por el almidon
El pueblo a mi me queria por ser un tipo sincero y por nunca haber robado ni siquiera un alfiler mi objetivo principal era mi pueblo habanero brindandole asi una vida llena de alegria y placer.
Era mi Habana un ejemplo de prosperidad en el Mundo donde grandes empresarios invertian su capital ni la ciudad de Miami podia competir con ella y Nueva York y Paris a su lado lucian mal.
El Malecon habanero era una gran pasarela artistas de todo el Mundo iban alli a disfrutar era una ciudad cuidada por los santos africanos que su gente homenajeaba con su forma de bailar.
El pueblo venia a pedir prestamos a la alcaldia y yo repartia dinero con mucha satisfacion otros venian a pedir que cancelaran sus deudas y con solo una firmita resolvia su situacion.
Que mas yo podia pedir en una ciudad tan bella con musica bendecida y un exquisito folklore donde todo era alegria con aguardiente de caña donde el hombre a su mujer le regalaba una flor.
Alli no faltaba nada, su gente con buen vivir iban a gozar la Habana y sus lindos atributos que yo como gran alcalde defendia con interes para que esa bella tierra siguiera dando sus frutos.
Soñe con toda una vida y solo dormi tres horas pero fue tan claro el sueño que parecia realidad cuando desperted y corri a buscar noticias nuevas encontre que alla en mi Habana era otra su realidad.
La Habana es el fiel destello de una ciudad destruida y mi puestecito de alcalde es pura imaginacion por eso le pido a Dios que bendiga a nuestra Habana que hoy es Cuba con su Habana fruto de mi inspiración.