"Cuando se acercaban a Jerusalén,
junto a Betfagé y a Betania,
frente al monte de los Olivos,
Jesús envió dos de sus discípulos,
y les dijo:
entrad en la aldea que está enfrente de nosotros,
y luego que entréis en ella,
hallareis un pollino atado,
en el cual ningún hombre ha montado;
desatadlo y traedlo.
Y si alguien os dijere:
¿Por qué hacéis eso?
decir que el Señor lo necesita,
y que luego lo devolverá.
Fueron, y hallaron el pollino atado afuera
a la puerta, en el recodo del camino,
y lo desataron.
Y unos de los que estaban ahí les dijeron:
¿Qué hacen desatando el pollino?
Ellos entonces les dijeron
como Jesús había mandado;
y los dejaron ir.
Y trajeron el pollino a Jesús,
y echaron sobre él sus mantos,
y se sentó sobre él.
También muchos tendían sus mantos por el camino,
y otros cortaban ramas de los árboles,
y las tendían por el camino.
Y los que iban delante y los que venían
detrás daban voces, diciendo:
¡Hosanna!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene!
¡Hosanna en las alturas!
Y entró Jesús en Jerusalén,
y en el templo;
y habiendo mirado alrededor todas las cosas,
como ya anochecía, se fue a Betania
con los doce"
(Mateo 21, 1-11).
Amèn
De La Red