Pero así como esta realidad es posible, aceptemos una cosa, que tal vez nos servirá de consuelo...
¡Mañana será otro día!
Cuántas veces nuestro panorama
se ve triste, desalentador y agobiante, y súbitamente algo pasa y encontramos solución a nuestros problemas
y algo que parecía no tener solución, se resuelve fácilmente.
El tiempo cierra heridas y suaviza resentimientos. Cuando nos sintamos agobiados por los problemas,
el cansancio o el dolor, digamos con firmeza:
¡Mañana será otro día! Y tengamos la seguridad , será un día mucho mejor.