La mujer es como un árbol que
mientras más es atacada, más frutas da.
Sin embargo, a veces se deja humillar y menospreciar.
En realidad, la mujer tiene muchas cualidades y,
de forma altruista, dona estas virtudes a los demás,
sin pensar dos veces.
Necesita aprender a valorarse.
El árbol físico no sabe que es un árbol,
pero la mujer sí sabe el poder y la fuerza que posee.
Es este poder que va a llevarla hacia una nueva vida.
D/A
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