A ti mi amor.
Dios te puso en este mundo para cumplir grandes misiones:
La primera fue para hacer feliz a tu mamá y que ella sintiera por primera vez el hermoso sentimiento de ser madre, has sido para ella un regalo especial y maravilloso, además por lo que ella misma me ha contado eres su mayor orgullo. Has sido una persona importante y clave en la vida de tus hermanos, hiciste tu labor como un padre, cuando la vida les negó la oportunidad de contar con uno propio.

Aun cuando estabas en la misma condición, dejaste a un lado tu niñez, adolescencia y casi toda tu vida por ofrecerles a ellos mejores oportunidades y la esperanza de un futuro prometedor, fuiste su hermano mayor, su amigo, su orientador, su apoyo incondicional en pocas palabras fuiste todo. Formaste un hogar y para ello elegiste una persona que llenara los requisitos como esposa, amiga, amante, compañera de luchas y madre.

Hoy en día debes estar satisfecho, por haber logrado encontrar la mujer que ha sido eso y aún más porque ella ha estado contigo aún en los momentos más difíciles que has tenido que afrontar, no ha desistido de ser tu apoyo y tu compañera y si han logrado superar juntos tiempos tristes y dolorosos sin que te haya abandonado entonces puedes decir que tomaste una gran decisión.

Como padre tu labor es maravillosa, has dado lo mejor de ti para que tus hijos no sintieran en sus vidas ningún vacío, ni en lo físico, ni en lo emocional y aunque ellos ya son mayores de edad no dejas de preocuparte por satisfacer sus necesidades y requerimientos. Te entregas a intensas jornadas en tu trabajo, te niegas la posibilidad de darte gustos a ti mismo, vives en función de la vida de ellos, inclusive de sus caprichos y lo que les acontece día a día, porque dentro de ti está muy claro, que tu labor de padre nunca terminará, aun cuando ellos se vayan del hogar y empiecen a volar con sus propias alas.

Como abuelo no he tenido mucho la oportunidad de saber cómo eres en ese aspecto, pero por la forma de ser tú, esa que conozco y por los detalles que he percibido, te imagino siendo aún más consentidor, abnegado y más preocupado por su bienestar y felicidad.

Esta etapa de tu vida debe ser más feliz, porque por ahora ha sido una nueva personita que llegó a tu familia a refrescar las cosas y es una forma en la que Dios ha querido demostrarte que ha valido la pena, toda una vida llena de sinsabores, tristezas, incansables luchas porque al final los nietos y la descendencia futura seguirán siendo una parte de ti y eso nadie te lo puede quitar.

A mí me has hecho la mujer más feliz del mundo. Con tu ternura, con tu sencillez te convertiste en el dueño del sentimiento más grande que alberga mi corazón y toda mi vida que es el amor. No he tenido la posibilidad de tenerte conmigo para compartir una vida juntos por siempre (lo más seguro es que eso no suceda) y no es porque no lo hayamos deseado, es porque por esas cosas de la vida no siempre podemos decidir por nosotros mismos,

sino que tenemos que vivir de acuerdo con unas normas o prejuicios sociales que imponen barreras a los sentimientos y a la libertad de sentir, de poder ser feliz sin ser objeto de críticas o rechazos. Aunque ha sido más el tiempo que has estado ausente físicamente de mí, en mi pensamiento y en mi corazón has estado presente cada segundo desde el mismo instante que Dios te puso en mi camino, porque por mucho que luche por cambiar esto, estoy segura de que no lo lograré, porque aún ni la ausencia, la soledad, las lágrimas, la tristeza, el dolor han conseguido ese resultado.

Inicié este escrito para ti diciendo que Dios te puso en este mundo para cumplir grandes misiones y hoy que es la fecha de tu cumpleaños, doy gracias a ese Dios todopoderoso porque naciste, porque existes, por ser la persona especial y maravillosa que eres, por darme la oportunidad de sentir por ti todo esto que siento, porque aún los momentos tristes y las lágrimas que brotan casi a diario por ti, me hacen sentir que ha valido la pena conocerte, tu amor ha fortalecido aspectos de mi vida que si no sintiera lo que siento mi vida caería en un profundo vacío.

Amarte como te amo y no tenerte junto a mí me ha enseñado muchas cosas como: Que debo aceptar las cosas como se presenten, ha fortalecido mi alma y mi espíritu para afrontar duras jornadas y aceptar pérdidas en mi vida. Me ha enseñado que debo vivir más de la realidad y no siempre de ilusiones, que lo que se siente con el corazón, nunca se podrá borrar a través de la razón, que vale la pena vivir con intensidad aunque sepamos que al final esto también nos hará sufrir.

Que en el amor pocas veces se termina compartiendo la vida con quien lo es todo para uno. Que amar verdaderamente representa dejar los sentimientos de la otra persona en libertad, que no deben existir exigencias, ni obligaciones. Que a pesar de que el amor encierra también la pasión, el sentimiento como tal debe estar siempre por encima del sentir de los cuerpos.

Buen amor… A lo largo de este nuevo escrito que hago para ti con motivo de la fecha de tu cumpleaños, aparecen muchas personas para las cuales tú has sido, eres y serás parte importante de sus vidas, pido a Dios que al menos parte de ellas lo asuman así en este grandioso día y que aquellas que tienen la oportunidad, te hagan sentir por lo menos su gratitud a través de pequeños detalles como una llamada, un saludo, un abrazo, un beso, un brindis y hasta que te consientan con lo que a ti más te guste.

En mi caso particular yo no tomaría una sola opción de las anteriores sino que las juntaría todas y me inventaría otras formas para hacerte vivir un día especial, para agradecerte por estar en mi vida, para hacerte sentir que eres una persona maravillosa, única y me atrevo a asegurar que irrepetible por lo menos en mi vida es así.

Pero como casi siempre ocurre en esta fecha, no podré hacer nada más que guardar estas letras y mis sentimientos para cuando tengamos la oportunidad de volvernos a encontrar si Dios nos lo permite y entonces podrás saber que eres importante, especial y que tu cumpleaños es una de las fechas que siempre ha estado y estará presente en mi vida.