Alguien preguntó una vez a Corrie ten Boom,
cómo podíahacer frente a todos los cumplidos y alabanzas
que caían constantemente sobre ella, sin ponerse orgullosa.
Ella respondió, que veía cada cumplido
como una hermosa rosa de tallo largo.
Por un momento aspiraba su perfume y luego la colocaba
en un florero junto a las demás.
Cada noche, al retirarse, tomaba el hermoso ramo
y lo alzaba a Dios diciendo:
"Gracias, Señor, por dejarme aspirar la fragancia de las flores, todas te pertenecen".
Ella había descubierto el secreto de la verdadera humildad.
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