Sepas lo que sepas, guarda silencio.
A nadie enseñarás nada más de aquello que sabe.
Y si amplía su saber tomándolo de tí sin estar
preparado, será un saber
superficial en él y sin fondo.
La Sabiduría no se regala, se trabaja en el
roce con la vida
y el sacrificio cotidiano.
A aquéllos que debas decirles algo,
la misma vida los pondrá parejos a tu camino,
y andando los enseñarás a andar.
Del libro Así Hablaba Quetzacóatl, Caitl Acotl