Es un caso de amnesia por estrés post-traumático. El accidente de tráfico que sufrió le impide recordar partes de su vida y su mente ha quedado 'atrapada' en sus mejores años, negándose a recordar todo lo malo.
Amanda Richards no recuerda la muerte de su hermano y, a veces, hasta se olvida de su propio nombre. Según publica el 'Daily Mail', su familia teme que nunca se recupere completamente del terrible accidente sufrido el 27 de marzo.
Su coche fue arrollado por un Toyota Yaris y el conductor no se detuvo. Ella sufrió lesiones en la cara, piernas, caderas, brazos y espalda y fue trasladada al Hospital Royal Infirmary de Newcastle, Victoria.
"Cuando fuimos por primera vez al hospital, yo fui la única persona que Amanda reconoció", explica su madre, Christine Johns. "Siempre he usado el mismo perfume, y cuando lo olió, se volvió hacia mí y me preguntó:" ¿Eres mi mamá? ".
"A veces vamos al hospital y parece un niña. Otras veces actúa como si tuviera 16 ó 18 años. Nos habla de las vacaciones de Hawaii, que fueron hace ocho años, pero no recuerda la muerte de su hermano Tony, hace cinco. ¡Estaban tan unidos! Nos da pánico pensar que tiene que pasar por todo ese dolor otra vez. Incluso tenemos que recordarle por qué está en el hospital".
Los médicos no saben si recuperará la memoria ni si los daños serán permanentes. Aunque Amanda ha superado la mayoría de sus lesiones físicas, su rostro aún conserva las cicatrices. Hace fisioterapia diaria y puede que necesite cirugía en una rodilla para volver a andar.
"Nos preocupa pensar que sea como en la película '50 primeras citas' donde la protagonista (Drew Barrymore) recupera la memoria, pero no puede recordar lo que sucede día a día", dice la madre.
Pero lo más difícil para la familia es que no pueden hacer nada para ayudarla, ni siquiera tratar de recordarle cosas, ya que podrían afectar a sus propios recuerdos.
Enfrentarse a los hechos
Según los expertos esta es la clave para superar los traumas. Aunque lo normal es que la persona que sufre este trastorno de manera consciente e inconsciente, como Amanda, acaba evitando persistentemente todo cuanto le recuerda al acontecimiento traumático.
La amnesia es una respuesta de estrés agudo, un mecanismo de defensa de nuestro cerebro que nos ayuda a 'enterrar' en lo más profundo de nosotros aquello que, de hacerse consciente, resultaría extremadamente desagradable. Por eso la persona que lo sufre intenta no pensar ni hablar sobre el suceso, evitando cualquier actividad, persona o situación que le pueda traer recuerdos.
Se puede llegar a sentir embotamiento afectivo, aislamiento, disminución de interés y placer por las cosas agradables de la vida y dificultad para sentir intimidad, ternura y deseo sexual. Además de problemas con el sueño, pesadillas repetitivas, vigilancia extrema del entorno, sobresaltos y, a veces, irritabilidad o dificultad para concentrarse. La persona puede sentir que su vida ya no tiene sentido.
Asumir que "ya ha pasado y has sobrevivido" es el primer paso para curarse. El tratamiento es lento y hay que ir paso a paso, de la mano de un especialista y sin sentirse presionado por recordar.