Dijo la segunda vela:
- ¡Yo soy La Fe!
Lamentablemente, soy superflua.
Las personas no quieren saber de mi.
No tiene sentido que permanezca encendida.
Cuando terminó de hablar,
una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó.
Rápida y triste, la tercera vela se manifestó:
- ¡Yo soy El Amor!
No tengo fuerzas para seguir encendida.
Las personas me dejan a un lado y no comprenden la importancia de esto.
Se olvidan hasta de aquellos que están muy cerca de ellos.
Y sin esperar mas, se apagó.
De repente .
Entró un niño y vio las tres velas apagadas.
- ¿Qué es esto?
Ustedes deberían estar encendidas hasta el final.
Al decir esto comenzó a llorar.
Entonces, la cuarta vela habló:
- No tengas miedo,
mientras yo tenga fuego, podemos encender las demás velas.
Yo soy ¡La Esperanza!.
Con los ojos brillantes,
el niño agarró la vela que estaba encendida .
Y encendió las demás.
¡QUE LA ESPERANZA NUNCA SE APAGUE ,
DENTRO DE NOSOTROS!
¡...y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta
que ese niño necesita para mantener la:
Esperanza,
la Fe,
la Paz
y el Amor !!!