Hola !!!
Nuestro Dios es un Dios de vida, y no puede permitir que sus criaturas tengan como destino final la muerte ni la infelicidad. Es una constante en el Evangelio que las personas que se creen privilegiadas, en posesión de la verdad, mejores que las demás, se autoexcluyen, se cierran la puerta de la Fiesta.
No basta con ser llamados –bautizados-, hay que querer ser elegidos, haciendo vida el mensaje de Jesús con alegría, sin ningún temor, porque, aunque es exigente, como la libertad, la amistad, el amor... es llamada que conduce a la Fiesta, a la Plenitud y a la Vida.