Noche de Halloween
Llegó el otoño esperado, los muertos rompen las tumbas, y salen presto a las calles para probar los ungüentos que han preparado las brujas.
Y hay un alma que alucina y su espíritu aún lejano, ya se acerca a la cocina, quiere unos palos de santo, que tienen forma de aguja.
Entre arañas, calabazas, y haciendo muchas conjuras, pócimas y cocimientos, con el gato de guardián, y las almas en sus lamentos, las quieren ir a probar.
La calabaza se viste con su vestido otoñal, y vestida de esta guisa, a algún muerto engañará.
Las brujitas se disfrazan y pasean por la ciudad, vestidas de gatos negros para poder disfrutar.
Los gatos negros pasean por la calle hasta altas horas y persiguen a los hombres cuando pasean a deshora.
Ten cuidado con los gatos, tan negros como el carbón, si cruzan delante de tuyo, puede ser tu perdición.
Brujas que alumbráis caminos con la calabaza en mano, tened cuidado muchachos, porque son cráneos humanos. Y entre conjuros y pócimas pasa la noche de santos, mientras las almas en pena, siguen por ahí vagando.
Chelo Álvarez
|