Hola !!!
Vivimos hoy en sociedades que tienen muchas más normas que el pueblo judío de los tiempos de Jesús. Vivimos en un mundo que tiene más millones de personas pobres oprimidas bajo la usura internacional, que los oprimidos por quienes clamaron los profetas.
No se puede separar la religión de la defensa de la justicia y de la lucha por los pobres. No se puede ser intransigente en cuestiones discutibles de doctrina y tener la manga ancha y no denunciar cuestiones de derechos humanos y de defensa de las personas más débiles.
La Palabra de Jesús es una invitación a sacudir nuestra pasividad, a recuperar la indignación ética ante la situación intolerable de este mundo llamado moderno y civilizado, y a volver a lo esencial del Evangelio, al mandamiento principal y Único… El Amor por nuestros hermanos.