Hola !!!
Estamos viviendo el último día del Tiempo Ordinario del año litúrgico que termina. Mañana iniciamos el tiempo de Adviento que marca la espera de la llegada del Señor. Cuando se espera a alguien tan querido y con tanta ilusión, el corazón está inquieto, en vela. Dios tiene su hora. Viene en su momento. Quizá cuando menos lo espero y como menos lo imagino. Puede que venga como gozo o como dolor, como luz o como inquietud. Puede llegar cuando trabajo o cuando descanso, cuando estoy solo o en compañía...
Viene quien esperamos, quien anhelamos, en quien confiamos, el que sale a nuestro encuentro, el que nos busca, nos comprende, nos libera, nos acoge, nos cura, nos quiere, nos llena de vida, alegría, luz y paz.
Preparemos nuestro corazón para recibirlo en el momento y en el lugar que Él elija para hacerse presente en nuestras vidas