como regatear los precios

No todos en el mundo pueden permitirse todo lo que quieren. Afortunadamente, los precios no siempre son de piedra. Ya sea que estás tratando con un vendedor o un representante de servicio al cliente, o en la calle, trata de regatear. ¿Qué tienes que perder?.

Que no te importe lo que piensen de ti

Muchas personas dudan en regatear, porque no quieren parecer tacaños o argumentativos. Pero, ¿estás realmente dispuesto a pagar mucho dinero sólo para que puedas conservar la estima de un extraño?. Aprovecha la reunión con el vendedor porque probablemente nunca lo encontrarás de nuevo.

Incluso si estás haciendo compras acompañado de alguien que conoces, podría levantar una ceja cuando se inicia el regateo, pero seguro que estará celoso o contento cuando consigas un precio mejor.

Y sí, hay algunas situaciones en las que regatear simplemente no es apropiado, como en una venta de la iglesia, o cuando estás comprando a alguien que conoces bastante bien. De lo contrario, trágate el miedo a cómo vas a ser percibido.

Escoge tu batalla sabiamente

Aprende en que tiendas se regatea y que productos regatear. No pierdas quince minutos de regateo en monedas, o de lo contrario puedes pasar horas de compras sólo por un mísero ahorro.

Y si no eliges el lugar adecuado para regatear, no ahorrarás nada. Por lo general es más fácil regatear en un negocio familiar, mientras que muchos almacenes grandes tienen políticas de empresa que establecen los precios (aunque las tiendas donde los vendedores están trabajando por la comisión son presa).

No te metas con restaurantes, supermercados, terminales de autobuses, y similares. Además, mientras que casi todo es negociable, artículos tales como joyas, aparatos electrónicos, muebles, se prestan especialmente a regatear.

Haz tu investigación

Dependiendo del tipo de producto que estás regateando, a veces se puede hacer la tarea preliminar de buscar en el Internet y encontrar los precios más bajos para el elemento que desees.

Más tarde, puedes utilizar ese precio como punto de partida. Como munición extra, imprime la descripción del producto y el precio para mostrar al vendedor. Asegúrate de que conoces la dirección del sitio en caso de que desee comprobar por sí mismo.

Incluso si encuentras otros artículos similares a un buen precio, siempre se puede mostrar al vendedor y decir: “¿Tienes algo como esto por el mismo precio?”.

Si estás tratando con objetos de valor y complejos (como electrónica y joyería), asegúrate de examinar los detalles. El vendedor rápidamente te desviará diciendo: “No, pero tu producto tiene una característica, que es inferior a la característica de nuestro producto”.

Dependiendo de tu investigación, podrías decir: “Sí, tienes razón, pero tiene todo lo que quiero, necesito, y estoy dispuesto a pagar”.

Establece tus normas

Determina qué precio es un gran negocio, un buen negocio, un trato mediocre, o inaceptable. Cuando comienzas a negociar, empiezas con el “gran precio” y el vendedor probablemente ofrecerá el “inaceptable”. Tu objetivo es regatear hacia un “buen negocio” – el más cercano a tu “gran precio”.

Por ejemplo, después de hacer tu investigación sobre el aparato con las características que estás buscando, puedes decir:

$950 es el precio inaceptable, no hay trato.
$850 es mediocre.
$800 es un buen negocio.
$700 el negocio de tu vida.

Lleva dinero en efectivo

Muchas veces, ofrecer dinero por adelantado atraerá a un vendedor que satisface tus precios. Divide tu dinero en efectivo en incrementos de modo que puedes mostrar al vendedor el dinero que estás ofreciendo sin que él vea cuánto dinero tienes en tu billetera.

Por ejemplo, si sabes que deseas comprar un artículo de $100, colocas $80 en tu cartera y $20 en tu bolsillo (o tal vez en el bolsillo de tu cómplice, quien te “presta” el dinero más tarde). Cuando estás cara a cara con el vendedor, sacas tu billetera y dices: “Mira, tengo $80 aquí y me gustaría salir con este artículo hoy en día. ¿Qué dices?”. Si se resiste, puedes pretender que buscas cualquier dinero adicional, o preguntar a tu cómplice si tiene algo para prestarte, entonces presentas el extra de $20 y dices: “OK, $100 es todo lo que tengo. ¿Tenemos un trato?”.

Mostrar dudas sobre la compra del producto

Incluso si es el artículo perfecto, el momento en que el vendedor ve la mirada triste en tus ojos, sabrá que tiene la sartén por el mango. Pareces tener interés, como si estuvieras dispuesto a comprar el producto si el precio es correcto, pero ciertamente puedes vivir sin él también.

Cuando el vendedor te dice que el precio, por ejemplo “Hmmmm…. No sé….”:

Usa el silencio a tu ventaja. Un largo silencio, incómodo, es probable que funcione a tu favor. Mientras estás allí como si estuvieras dudando, el vendedor probablemente se ponga nervioso y baje el precio un poco más.
Habla sobre lo que no te gusta del objeto, o enfatiza sus deficiencias. Si se trata de un anillo, por ejemplo, puedes decir: “Yo no sé si es exactamente mi estilo…”. Si se trata de una computadora pregúntale: “¿Esto viene con un teclado inalámbrico?” . Al mismo tiempo, se respetuoso. Desde aquí se puede ofender a los vendedores al señalar o criticar gustos. Señala los problemas de mano de obra o el desgaste.

Mantente preparado para irte

El regateo es todo acerca de saber cuánto tiempo quedarte y cuando es necesario irse a buscar en otra parte por un mejor precio. No tengas miedo de salir de la tienda. A menudo, el vendedor te volverá a llamar, y te dice que te dará un mejor precio o trato.

Acepta la oferta cuando el precio es correcto

Si planeas comprar por $100 y te lo ofrecen por $100, no tengas la tentación de seguir negociando. Compra lo más pronto posible cuando el precio es correcto.

Y eso es todo lo que necesitas saber. Mantente tranquilo y cortés.

No actúes condescendiente ni trates de intimidar, o menospreciar al vendedor a bajar su precio. Sí, los dos están tratando de obtener una ventaja, pero el mejor negocio es aquel en el que las partes ahorran y ganan dinero. En ese sentido, están trabajando juntos para encontrar el equilibrio adecuado.

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