La estimulación del área de conexiones neuronales 25 de Brodman, del cerebro, podría curar la depresión.

La técnica de resonancia magnética revela el circuito nervioso de la depresión y permite una mayor comprensión de las causas de esta enfermedad.

Hace unos años, Mayberg y Wayne C. Drevets, registraron que el área 25, que conecta zonas cerebrales relacionadas con el estado de ánimo, el pensamiento y la emoción, revelaba hiperactividad en los pacientes con depresión.

Las investigaciones realizadas por Mayberg y sus colegas de la Universidad de Toronto, Andrés Lazano y Sydney Kennedy, confirmaron la importancia de esta área del cerebro para el tratamiento de la depresión.

Fueron identificados cinco tractos conectivos que llevan información a cinco áreas vitales: la amígdala, que atenúa el temor y otras emociones; las cortezas órbito-frontal y fronto-medial; que parecen estar relacionadas con las expectativas, el proceso de recompensa, la evaluación de errores, el aprendizaje y la toma de decisiones; el hipocampo, relacionado con el recuerdo; y el hipotálamo que regula en parte el estrés y la excitación sexual.

La ubicación de estos tractos varía en cada individuo y esta diferencia, sumada a las distintas manifestaciones que presenta la depresión en cada persona hace que unos respondan mejor al tratamiento que otros.

Algunos científicos, gracias a estos adelantos en los estudios por imágenes, están comenzando a insertar neuro moduladores en distintas zonas cerebrales para el tratamiento de la depresión, de los trastornos obsesivos-compulsivos, las alteraciones de la nutrición, el síndrome de Tourette y los dolores crónicos.

Sin embargo, el método de la inserción de electrodos que aún no tiene la aprobación sanitaria para tratar la depresión, por lo invasivo que resulta, no se considera que pueda llegar a ser un recurso habitual, por lo que se están buscando otras formas menos comprometidas para conseguir los mismos efectos.

Por ejemplo, el bioingeniero Karl Deisseroth, de la Universidad de Stanford, está obteniendo buenos resultados en la estimulación de zonas del cerebro de ratones mediante unas proteínas, las opsinas, que se pueden instalar en forma incruenta y ser estimuladas luego por medio de luz a través de un cable de fibras ópticas, en vez del electrodo que es más grande.

Conocer las funciones del cerebro no alcanza para saber en qué forma los módulos se interconectan en circuitos.

Existe una técnica denominada imaginología de difusión tensorial que consiste en una especie de sonda que llega a examinar la naturaleza de las conexiones.

Los resultados de este método, después de un estudio reciente, hacen suponer que las conexiones entre regiones cerebrales que se relacionan con la recompensa, la emoción y la toma de decisiones, son más vigorosas cuantas más experiencias nuevas intenta una persona y cuanto más confía en la aprobación social.

La cognición y el procesamiento de alto nivel ocurren en la materia gris, que está principalmente en la capa externa del cerebro formada por somas de neuronas. En cambio, la materia blanca son axones por donde pasan las señales eléctricas.

Los sujetos que más dependen de la aprobación de los demás tienen conexiones más fuertes de lo normal entre el estriado y la corteza pre frontal, que es la región del cerebro que interviene en la toma de decisiones superiores.

Estos estudios han revelado también la importancia del buen funcionamiento de la materia blanca, ya que cualquier lesión en ella puede producir esclerosis múltiple, enfermedad de Alzheimer o epilepsia.

Un estudio reciente sugiere que los pederastas tienen menos materia blanca que conecta las regiones del cerebro relacionadas con la excitación sexual.

El mayor conocimiento de las conexiones cerebrales hará posible una mayor comprensión de las funciones cognitivas, emotivas y sociales y también llegar a saber por qué la desconexión entre distintas partes del cerebro pueden producir enfermedades como la esquizofrencia, el autismo o la drogodependencia.

Fuente: “Mente y Cerebro, No.42/2010, “Atisbar en los Circuitos Cerebrales”; “Esquema de conexiones de la depresión”; Melinda Wenner.


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