El amor se puede ir, pero jamás puede morir
El amor nace , con un gesto amable, con una palabra sencilla.
El amor es una pequeña semilla que se siembra en el corazón. El amor llega y ahí se queda para ser disfrutado al máximo con la persona a quien se le entrega.
En otras ocasiones el amor se va, pero nunca muere, queda el dulce recuerdo de haberlo disfrutado.
Algunos vivimos por largos períodos el amor, otros solo vivimos pequeños instantes, pero todos de alguna manera quedamos satisfechos de haberlo experimentado, pues no importa la cantidad de tiempo, lo que realmente importa es la intensidad con que hayamos vivido ese amor.
Cuando vivimos el amor por un período corto o muy largo, de cualquier forma hay que saborearlo y sentirlo de una manera plena en nuestras vidas. El amor que se esfuma y jamás regresa, eso no es amor, eso Es ilusión, no existe amor que nazca y después muera.
El amor se puede ir, pero jamás puede morir, estoy segura de ello. Dios nos enseña el amor que permanece para siempre, de esa manera Él nos ama y anhela que nosotros como sus hijos aprendamos a amarnos de la misma forma que Él nos ama. El amor que Dios nos ofrece nace y jamás muere, permanece por todos los tiempos y todas las edades, permanece aunque nosotros decidamos dejarlo ir. El amor que Dios nos entrega, es el amor más bello, puro y real.
Por ello mi corazón se regocija al comprender que…
¡El amor se puede ir, pero jamás puede morir!
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