La Vida es una escuela,
y aunque a menudo duela,
te enseña la lección
que aprende el corazón;
la Vida es una camino
que tiene su destino,
y es también una meta
que a diario te reta.
La Vida nunca engaña
y siempre te acompaña,
está en el exterior
igual que en tu interior;
la vigilia y el sueño,
lo grande y lo pequeño,
están llenos de Vida
que siempre nos convida
a captar el mensaje
que en nuestra mente encaje.
Y aunque a veces nos hiere,
la Vida nunca muere.
Jesús María Bustelo Acevedo