¿Y cómo es posible que un hombre de Dios se sienta desalentado? Somos hombres de carne y hueso… No somos perfectos. Tenemos nuestros sueños, nuestras necesidades y también anhelamos realizarnos como personas. Hay tiempos en que se exige heroísmo… y Dios concede heroísmo a los suyos… pero también hay tiempos en que nos sentimos amenazados y descorazonados