El movimiento delicado, fragante, inocuo; allí, el compás de rimas se une en una nota.
Energías que impregnan de temblor al miedo, de frío sensible, al torrente emocional que se desliza en una candente gota de éxtasis.
¡De entera sensación de arraigo!; sentirse uno, al sólo palpar las cosas que lleva el corazón. Un momento hecho complicidad.
Bañarse, con los fuertes vientos que en la mañana prendan de aire puro, saciedad calmada con un suspiro de placer.
El vaivén que arrulla; como el parnaso imaginado, de un roce silencioso florece en un chispazo.
Natural movimiento; en círculos, en secuencias simples, seductoras, arrojando la razón al vacío; el aticismo al viento.
Ligero, profundo; inspiración exquisita. Elevados subimos al cielo, arrumaco galáctico.
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