Si consigo evitar que un corazón se rompa,
no habré vivido en vano.
Si consigo aliviar el dolor de una vida,
calmar una pena,
o tan sólo que vuelva el zorzal desvalido a su nido,
no habré vivido en vano.
Quien hace algo para ayudar sincera y gratuitamente a los demás, no ha vivido en vano.
Vive en vano solamente aquel que se cierra,
estéril, en su egoísmo.
Aquel que pasa distraído a la vera de quien sufre.
Vive en vano
el que sólo piensa en acaparar
y nunca en compartir.
Nada de lo que hayas hecho
en favor de los demás será inútil.
Al final de tu vida
lo que de verdad tendrá importancia,
será la ayuda que habrás prestado a los otros.
En el momento de la verdad,
solamente los otros constituirán tu recompensa