Por un caminito ’i piedra,
el burrito cordobés.
La siesta parece darle
una paz que huele a miel.
El burrito es sombra,
sombra y arrebol;
le acompaña un changuito
silbador.
Por un caminito 'i piedra,
el burrito cordobés.
Tranquilo al trotecito,
tranquilo en el andar;
total no tiene apuro,
apuro por llegar.
¡Uy, uy, uy, no lo apurés!
¡Uy, uy, uy, no lo silbés!
Total no tiene apuro
mi burrito cordobés.
Por detrás de la lomita,
el lucero apareció
y el viento le hace caricias
al silencio de la flor.
El arroyo canta,
canta a media voz;
la tarde se ha dormido
junto al sol.
Por un caminito 'i piedra,
el burrito cordobés.
Tranquilo al trotecito,
tranquilo en el andar,
total no tiene apuro,
apuro por llegar.
¡Uy, uy, uy, no lo apurés!
¡Uy, uy, uy, no lo silbés!
Total, no tiene apuro
mi burrito cordobés.