Naturalmente la condición de las papas se iba
deteriorando con el tiempo.
El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento
me mostró claramente el peso espiritual que cargaba
a diario y como mientras ponía mi atención en ella para
no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran
mas importantes para mi.
Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra mochila sentimental.
Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que
pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que
ya había pasado y no podía cambiarse. Me di cuenta que cuando
me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y
mi atención se dispersaba.
Perdonar y dejarlas ir me lleno de paz y calma, alimentando mi
espíritu. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario
a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin
darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón es una expresión de amor.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma
y enferman el cuerpo.
Aligera tu carga y estarás mas libre para moverte
hacia tus objetivos
HERMOSA ALABANZA, DISFRUTALA
BENDICENOS SEÑOR HOY, MAÑANA Y SIEMPRE.
SIENTE AMIGA LA BENDICION DEL DIOS DE LOS CIELOS
CON AMOR PARA TI QUE ME LEES.
BESOSSSSS
PALOMA