Entraste en mi vida sin pedir permiso, Y así como llegaste en mi corazón te quedaste. Y aun sabiendo que no eres para mí, Yo, que soy caprichosa, me enamoré de ti. Y no preciso decirte cuánto te amo, Pues mi mirada te lo está dictando, Y aunque siempre estemos separados, Al menos en mi pensamiento te has quedado. Sé muy bien que nunca serás mío, Pero no pierdo las esperanzas de que algún día Me dar una mirada, y al cruzar nuestros ojos, Te estaré entregando mi corazón y mi vida…