Muda e impávida sentada,
observando el sol que asoma,
acerco a tu mejilla mis labios
y, aún contigo, sufro a solas.
Llevamos idénticas cargas.
Cerrando los ojos soñamos,
vemos la luz del mundo
en las pequeñas cosas que amamos.
Apoyada en mi hombro lloras
y aún queriendo decirme algo callas.
¿Por qué en este nuevo amanecer
presiento que estas cansada ?.
Dime Amor, dime qué te pasa.
Déjame enjugar tus lágrimas,
verás que de ahora en adelante
nuestras cargas serán livianas.
Abrázame muy fuerte Amor,
no me sueltes hasta el alba.
Quiero sentirme en tus brazos
cuando llegue la mañana.