LAS OLIMPIADAS
En una ocasión, en la carrera de 100 m. obstáculos,ocho
corredores tomaron la salida.
El número 5 tiró el primer obstáculo y luego el segundo y
el tercero. Su desesperación era tanta que no pudo saltar
el cuarto , tropezando con él y cayendo al suelo. Desde
allí vio a los demás alejarse.
Sin embargo, se puso en pie y continuó la carrera a pesar
de que sangraba por una rodilla y que la pierna ya no tenía
mucha fuerza por el golpe recibido. Pero aun así continuó.
Más adelante volvió a tropezar, cayendo nuevamente.
El público desde las gradas comenzó a gritarle que abandonara,
que los otros competidores ya habían entrado en la meta, que estaba sangrando y cojeando...
Pero él , siguió adelante. Su objetivo era cruzar la meta y
quería lograrlo pasara lo que pasara.La gente de las gradas
estaba atónita ante su persistencia.
Cuando llegó al final de la pista, todo el estadio puesto en pie, ovacionó al hombre que había demostrado que lo más importante
no era ganar la carrera ... sino perseverar hasta el final sin
importar los tropiezos.
¿Cuántas veces hemos sentido que ya hemos caído demasiado,
que ya no podemos más, que la carrera ya está perdida?
Nunca estás tan abajo que Dios no te pueda levantar, ni tan lejos
que Él no te pueda alcanzar. ¡Sigue!...¡Sigue hasta el final! Que
ahí estará tu Creador con los brazos abiertos... aplaudiendo tu perseverancia y confianza en Él... y dispuesto a entregarte tu corona de vencedor.
¡¡¡Sigue!!!
DE LA RED