Papá, ¿por qué te casaste con mamá?. - Tú tampoco te lo explicas, ¿verdad hijo?. |
- Tía Teresa, ¿para qué te pintas?. - Para estar mas guapa. - ¿Y tarda mucho en hacer efecto?. |
- Papá, ¿qué es la telepatía?. - Pues, cuando dos personas piensan a la vez la misma cosa. - ¿Como tú y mamá?. - No, hijo, eso sería casualidad. |
- Manolito, ¿sabes la diferencia que hay entre el papel higiénico y la cortina de la ducha?. - No, mamá. - Entonces has sido tú, ¿verdad?. |
- Mamá, ¿le has pedido a papá que me compre la bicicleta?. - Sí, muchas veces; pero es inútil, no quiere. - ¿Has probado con los ataques de nervios como cuando el abrigo de pieles?. |
- Tía Teresa, ¿de dónde vienes?. - Del Salón de Belleza. - Estaba cerrado, ¿verdad?. |
- Gracias, tío, por tu regalo. - Muy atento, Pedrito, pero no vale la pena. - Es lo que yo decía; pero mamá me ha dicho que te diera las gracias de todas formas. |
- Papá, ¿qué es un monólogo?. - Lo que tengo yo con tu madre todas las noches. |
- Abuelita, cierra los ojos. - ¿Y por qué quieres que cierre los ojos?. - Porque papá ha dicho que, cuando tu cierres los ojos, seremos millonarios. |
- Mamá, ¿cuándo tendré los senos tan grandes como los tuyos?. - Dentro de unos pocos años. - ¡Vaya!, ¡lo necesitaba para este sábado!. |
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