Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar solución.
Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.
Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades,
y que en estas esta la única y mejor forma de superarnos,
aquel día deje de temer a perder y empecé a temer a no ganar.
Descubrí que no era yo el mejor. Y que quizá nunca lo fui.
Me dejo de importar quien ganara o perdiera
Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
De la red.