CACHITO HIJO
Yo estudié en Venezuela la Teología, en el Seminario San José de El Hatillo, en Caracas. Y esta semana en casa me encontré, de aquellas cosas que uno guarda y luego las vuelve a encontrar, después de veinte años, unos pensamientos que mi mamá, en paz descanse me envió.
Decía al final CACHITO HIJO.
( A mi Papá en Jinotega le decían siempre Cacho)
No te estanques jamás, quiero que triunfes.
Supérate a ti mismo día tras día.
Instrúyete, trabaja.
Nunca digas "mañana", hazlo en el momento.
Nunca digas "después"... puede ser tarde.
Cada día se aprende algo nuevo.
Deja huella al morir; nunca te apagues.
Quiero que siempre brilles, que destaques;
que cumplas tu misión en ésta vida.
No vivas en vano, te lo ruego.
Es muy triste que alguien acabe siendo nadie; lucha hasta el final.
No te conformes con: ya tengo bastante, es suficiente.
Dios te dio inteligencia, úsala.
Dios te dio corazón, pues ama.
Dios te dio la vocación, nunca la dejes.
Cada esfuerzo es un triunfo, y un triunfo satisface.
Sé hombre de verdad, no simple hombre.
Aprende a hacer el bien, que te respeten,
que seas a los demás siempre agradable.
Que te quiera la gente, no te crezcas.
El orgullo envilece y hasta ciega.
Señálate una meta: EL CIELO.
El camino a seguir Dios te lo dice.
Y así podrás reír y contagiar a otros.
Y así podrás amar y ser amado.
Y cualquier carga sentirás ligera.
Si te enseñas a dar sin recibir siquiera.
Así te quiero ver, hecho, crecido, en plena madurez;
hombre de verdad; para mirarte entonces con orgullo
y exclamar satisfecha: ¡ES MI HIJO!
María Lastenia.
Y le di gracias a Dios y creo que en este mes de la Madre, pondré en práctica los consejos de mi madre.
PADRE Oscar