HACER CUENTAS
Resulta muy difícil estar satisfecho cuando nunca se deja de hacer cuentas”
Richard Carlson
Si continuamente hacemos cuentas de nuestros actos, no sabremos interpretar lo que los demás hacen por nosotros. A veces tenemos ciertas reglas en nuestra mente y esperamos que los demás las cumplan, aunque ni siquiera nos molestamos en comunicarlas. Hay personas que ponen condiciones a una amistad porque calculan que la otra persona no les dedica el tiempo debido.
Otras creen que aquel amigo que le necesitó en un momento de crisis, le debe algo, ¿qué le debe? ¿Qué amistad es esa que tiene que recordar las deudas?
Es cierto que, a veces, llevar la cuenta puede evitar posteriores resentimientos, por ejemplo, en los asuntos relacionados con el dinero, pero pocas cosas en el terreno de la amistad tienen un valor monetario, de modo que sería mejor abandonar la idea de la deuda cuando se trata de amistades.
El cálculo de las deudas conduce al resentimiento, mientras que la generosidad libremente compartida nos lleva al amor sin condiciones. Será mejor echar cuentas con nosotros mismos y si no tenemos nada que dar, no demos nada, pero pensemos siempre qué pasaría si los amigos quisieran pasarnos la cuenta de todo lo que hacen por nosotros.
No necesito llevar las cuentas del amor.
By Nina
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