Mi manera de decirte lo que siento, no es sólo un par de palabras… Es más que sólo mirarte a los ojos mientras el trayecto que describe mi mirada dibuja rayos de luz invisibles a su paso, y la refracción que produce tu cuerpo contra estas, obliga al mundo a sumergirse en una imaginación espacial, limitando su campo y volviendo así esos magníficos trazos imperfectos sólo míos, cautivando mi inspiración para recorrer tu cuerpo con la mirada hasta llegar al punto donde esos rayos explotan en las penumbras de mi imaginación.

Ese punto que sólo llega cuando tu mirada se funde con la mía destruyendo posibilidad alguna de volver al mundo real y recordándome que en la mayoría de mis inspirados sueños lucidos, rompo los recorridos regalándome la oportunidad de cerrar los ojos y estremecerme entre tus brazos mientras mis labios se desgarran al sentir la maravilla de fundirlos con los tuyos, y nuevamente el egoísmo reluce de entre mis venas, regando el pragmatismo entre los cuerpos inertes que rodean tu cuerpo sólo con el fin de tenerte un momento sólo para mí.

Y al tener esa sensación, retenerla para que a mi cuerpo vuelva el alma que se ha ido en un instante corto, tan corto que es imperceptible a los ojos del humano más cercano, tan corto pero suficiente para completar cada espacio que ha sido consumido brevemente en un día anterior gracias a la ardua lucha que emprendo cada instante que no te tengo junto a mí, mientras voy dejando a mi paso un singular camino de los maravillosos destellos que me deja tu amor en la mirada.

Y cuando mi cuerpo se encuentra en tu camino y reconoce el tuyo, la sensación de que mi cuerpo pierde voluntad, es de muchas maneras placentero ya que gracias a ti logro desprenderme de los sentimientos que puedan perjudicar mi alma y sellar ese espacio contigo dentro, ese espacio que ha sido reservado para la llegada de la persona adecuada pero en ti descubrí que la persona adecuada no existe, al conocerte descubrí que superaste las expectativas.

Tu sola presencia iba más lejos de mi mundo tridimensional mal lejos que el infinito guardado en el interior de mi abstracta vida que a tu llegada se convirtió en la más maravillosa, superando las imágenes, sueños y deseos que en algún momento llegué a pensar tener.

En conclusión, la manera correcta de decirte cuanto te amo, no es sólo escribirte un párrafo de palabras que a la larga tal vez se lleve el viento o queden guardadas en las profundidades de tu alma, las cuales sólo serán visitadas una vez y quizá sólo será para guardar esto. No se cuál sea la manera correcta, sólo sé que abrí mi corazón y una vez que entraste ahí lo cerré para no dejarte ir, te entregué mi alma, mi ser completo. Y estando a kilómetros puedo decirte que mi alma llega a ti para amarte en cada momento que respires.

Ahora te hago el regalo de lo más importante para mí, te regalo mi futuro por que mi pasado ha sido marcado por tu presencia y mi presente lo vivo contigo dentro de mí. Regálame una mirada y yo te mostraré la magia del amor.

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