Las primeras luces de la mañana entraron en nuestra cabaña. Abriste un ojo, de color azul claro, y tu labio se movía deseando ser amado.
Todo mi corazón te doy, cuidalo bien, piensa que no sólo te amaré hoy, sino que te amaré toda la vida, como caballero a su herida.
Buscaba tu rostro para besar-lo, al igual que Julieta necesitaba a su amado, acurrucados en la oscuridad, como el villano necesita a la maldad.
Impensable era tu amor hasta que te conocí, ahora sé que nunca había sentido nada así. Fue un día de septiembre que me enamoré, y tengo la impresión de que nunca te dejaré.
Tus ojos claros como el cielo, en tu boca vive un dulce caramelo, te amo de verdad, como las mujeres a la sinceridad.
No puedo hablarte, ni mucho menos besarte, desde la penumbra de mi corazón te cantaré esta canción.
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